martes, 19 de julio de 2011

Columna N° 25 año 2

Y después se quejan.

Resulta sorprendente que la clase política se asombre de los resultados de las encuestas que les dicen que ya estamos cansados, que nadie les cree, que nadie los respeta y que existe la peor opinión de ellos.

Cuando la Presidente  Bachelet nombró Ministro a la Diputado Tohá les pareció a los UNOS que estaba lo más bien, que era legal y no había problema y los OTROS dijeron que era un abuso y que se estaba atentando contra la democracia.

Ahora, los OTROS hacen lo mismo diciendo que está lo más bien y los UNOS arman escándalo y dicen que se está destruyendo la democracia. ¿Cuándo mintieron ambos? ¿Cuándo respetaron la democracia ambos?

¿En que quedamos?

Bueno, pero sabemos que son humanos, chilenos y medio sinvergüenzones, de modo que podemos entender, aunque no aceptar, estas volteretas.

Pero cuando el asunto llegó a paroxismo de la desfachatez es cuando los UNOS dicen que si bien es cierto ellos hicieron lo mismo, lo hicieron “poquito” pero en cambio los OTROS lo hacen “mucho” y ahí si que no vale. Bonita manera de argumentar. Si roba poco, esta bien, si roba mucho, está mal.

Dicen que se está volviendo a lo senadores “designados” y que no se respeta la voluntad popular. ¿Y cuándo la han respetado los unos y lo otros?

El sistema político que han construido, prolijamente, lo han diseñado precisamente para que sean ellos, los partidos, los que designen a los parlamentarios. Han hecho un sistema en que las elecciones son una farsa, nos hacen participar a todos, votando, para que les demos certificado de “electos” a sus designados.

Y no vengan ahora a decir que no son designados, cuando están tramando un sistema que impida que los parlamentarios voten por su cuenta y no se atengan a las órdenes de partido, que, hasta poco tiempo más, están prohibidas. Ya no aceptarán más “díscolos”. Seguramente encuentran eso muy democrático.

Basta de hipocresía, han creado un sistema a su amaño para ponerlo al servicio de sus propios intereses, se han tomado la totalidad del poder político, arrebatándoselo a la soberanía popular, y vienen a rasgar sus vestiduras ante un hecho, creado por ellos mismos, pero que ahora no les acomoda. Sepulcros blanqueados, vergüenza nacional. Están jugando con fuego.

Cuidado señores políticos, no se confíen demasiado, la gente que pretenden representar no es tonta. Es paciente, muy paciente, pero no tonta. Mas temprano que tarde se van a cansar y les pedirá cuenta de sus actos. Se han entretenido mucho tiempo en el uso y abuso del poder, sin aportar nada trascendente al país. No están haciendo su trabajo, y son nuestros empleados, no vaya a ser cosa que un día de estos los despidamos a todos.